Cardo Máximo

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Vaya, vaya, aquí sí hay playa

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SEVILLA TIENE su paraíso perdido en la playa, ese sitio mítico que reina en las ensoñaciones colectivas cada verano y por el que suspiran sus habitantes.

-Tanto, que no hay más que ver cómo van desvestidos, todos enchancletados y con las camisetas de tirantas enseñando las pelambreras, qué asco.

Bueno, si nos deja aquí Don Cicuta, podremos continuar con nuestra introspección en el alma de la ciudad sin playa a fin de componer nuestra teoría de que la Velá de Triana es, en realidad, la feria del Carmen que la ciudad interior no tiene. Usted se va a cualquier población costera que celebre la Virgen marinera y se encuentra con la Velá pero sin bandera republicana ni trifulca entre pescaderos y acuatletas.

Las casetas, el verbeneo, las luces de feria, los cacharritos de los niños chicos, hasta los remolques donde venden esas salchichas como de plástico con esa cebolla que llevará cortada lo menos tres ferias de pueblo son de fiesta costera. Si hasta tienen una comisión de festejos para organizarla…

Los poetas –que en Triana abundaban tanto como los azulejos- dirán que es el influjo de la marea que trae aires de Sanlúcar por el río arriba, pero a un servidor siempre le pareció que los aires con que los sevillanos cruzan el puente los días de la Velá son idénticos a los de esos veraneantes que se tropiezan con un pueblo en fiestas y comprueban enseguida que no encajan.

El caso es que la aspiración sevillana por la playa no acaba en Triana. De hecho, ha colonizado ya la principal vía comercial del barrio vecino, Los Remedios, aunque en esto no se sabe si habrán tenido que ver los trianeros o ha sido puro azar.

No vean la cara de paseo marítimo que se le ha puesto a la calle Asunción. Cruza uno por allí de noche y es que no le falta un perejil: las reuniones familiares sentadas en los veladores, las pandillitas de quinceañeras sentadas en los bancos tomándose un helado antes de volver a casa, las franquicias de bares baratitos llenos a rebosar de clientela variopinta y hasta su petardeo de niñatos bien con las motitos y las camisas guapas recién duchados para fardar ante las muchachitas.

Usted pone la calle Asunción en Chipiona o en La Antilla y es que no desentona nada. Enhorabuena a quienes la hicieron peatonal: han inventado el primer paseo marítimo sin playa. Para que luego digan que no inventamos nada…

26/7/12


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